Hiroya Oku es un alquimista de la narrativa moderna. El autor se especializa en estudiar las teorías de los diferentes medios de la cultura popular, las digiere, y de alguna manera las transforma en algo totalmente original nunca visto hasta ese momento.
A continuación os dejamos con la primera parte de una interesante entrevista realizada por Misaki C. Kido. Gracias a Kodansha y Kodansha Comics USA por permitirnos publicar este material.
Hiroya Oku nació en Fukuoka, Japón. Debutó como mangaka en 1992 con Hen: Suzuki-kun and Sato-kun en la Weekly Young Jump. La serie se convirtió en un éxito y terminó siendo adaptada como serie para la televisión en 1996. En el año 2000 llegaría la serie que lo catapultó a la fama mundial, GANTZ, un manga de ciencia ficción con un argumento apasionante donde además el autor aplicó técnicas revolucionarias para la creación de los fondos. La serie contó con adaptaciones a diferentes medios: anime, videojuegos, películas... convirtiéndose en una de las franquicias más populares de la pasada década. En 2014, Oku regresa a la mesa de dibujo con su más reciente trabajo, Last Hero Inuyashiki, esta vez para la revista Evening de Kodansha.
Kodansha Comics (KC): ¿Cómo fue su niñez?
Hiroya Oku (HO): De niño me gustaba jugar fuera. Jugar al béisbol con otros niños, patinar, crear escondites secretos. Era un niño como cualquier otro.
KC: ¿Cuándo empezó a dibujar?
HO: Creo que fue en el jardín de infancia. Recuerdo que me sentí influenciado por otro niño que estaba dibujando en la arena usando una piedra. Empecé dibujando superhéroes de las series tokusatsu que echaban en la televisión. Eran dibujos muy básicos, de formas sencillas, así que era más fácil que dibujar personas reales.
KC: ¿Leía manga en ese entonces?
HO: La verdad es que no. Veía mucho la televisión, así que veía más anime, como Kyojin no Hoshi y Jungle Taitei de Tezuka (en España El Emperador de la selva). Recuerdo que lo disfrutaba enormemente.
KC: ¿Aún ve anime hoy en día?
HO: No. Muy raramente veo anime estos días...
KC: ¿Qué estuvo haciendo entre su anterior serie, GANTZ, y Last Hero Inuyashiki?
HO: No tuve tiempo para mucho. Empecé a planear la historia de Inuyashiki antes de terminar GANTZ. Así que al terminar una me puse con la otra. Realmente no tuve tiempo para descansar.
KC: ¿Cómo se le ocurrió la idea de Inuyashiki?
HO: Cuando aún estaba trabajando en GANTZ, un editor de Kodansha contactó conmigo y me propuso hacer mi próxima serie con ellos. Para ese entonces estaba ya pensando en el tipo de historia que me gustaría crear a continuación. Recuerdo que en aquel momento me encontraba viendo la nueva película de Astro Boy. El argumento de la historia es que antes de Astro Boy hubo un niño humano, y que Astro Boy es realmente una copia en forma de robot de ese niño. Me pareció interesante. Así que pensé que si podía hacer mi propia versión de la historia, con un argumento similar, podría terminar siendo una nueva serie. Ese fue el germen de Inuyashiki: una persona normal que muere y es reemplazado por un superrobot. Cuando me encontraba trabajando para la Young Jump de Shueisha, estaba más preocupado acerca de la popularidad y las ventas de la serie. En la cultura de esa revista, hay una regla no escrita que dicta que los protagonistas deben ser visualmente atractivos. Cuando me vine a trabajar a la Evening de Kodansha, sentí una libertad creativa sin igual. Al principio sugerí que el protagonista fuese un personaje joven pero no atractivo, y ellos aceptaron sin ningún problema, así que me puse a trabajar enseguida. Pero algo no estaba funcionando... Así que dibujé a mi protagonista como a un hombre entrado en años. Fue entonces cuando todas las piezas encajaron.
KC: ¿Cómo describiría a los dos personajes principales de Inuyashiki?
HO: Ambos comienzan como humanos, pero al verse más tarde como robots, empiezan a sentir un vacío en sus vidas. Sería muy difícil aceptar que de repente ya no eres tu mismo, sino una máquina, algo que realmente no está vivo. Para llenar ese vacío, uno comienza a salvar vidas y el otro a todo lo contrario. Uno se convierte en alguien bueno y el otro en alguien malo. Al final, se tendrán que ver las caras.
KC: ¿Entonces estos personajes tienen cuerpo de robot pero corazón humano?
HO: Definitivamente tienen un corazón humano, ya que son copias de humanos. Pero cuando se dan cuenta de que no son humanos, se sienten tristes, vacíos, y les costará mucho aceptar su nueva realidad. Buscan una prueba de que aún están vivos, lo cual les llevará a tomar caminos distintos.
KC: Podría decirse que es una historia triste...
HO: Sí, pero Astro Boy también lo era. Tal como en el mundo de Astro Boy, los robots no tienen los mismos derechos que los humanos. Esto se traduce en un conflicto cuando el robot posee una personalidad humana. Es uno de los temas recurrentes en la ciencia ficción, pero yo quiero darle mi propio giro de tuerca.
KC: ¿Disfruta más creando las historias o dibujándolas?
HO: Ambas cosas. Me gusta el proceso de juntar todos los aspectos y crear un manga. Me gusta escribir historias, me gusta dibujar, pero sobre todo me gusta ver el resultado de esa mezcla. Cuando comienzo a trabajar en un manga, lo veo como una plano en mi cabeza. Un plano de teorías y lógica. Intento combinar esas ideas vagas en algo acabado. Solo cuando lo dejo descansar un rato y lo retomo más tarde, puedo realmente ver el resultado. A veces termina siendo mejor o peor de lo esperado. Eso es lo que me resulta interesante. Es como un experimento científico. Tienes una teoría; si combino A más B, el resultado será una explosión. A veces resulta que la teoría termina por confirmarse, y la explosión resulta mucho más grande de lo que esperabas.
KC: ¿Podría darnos un ejemplo de uno de esos experimentos en Inuyashiki?
HO: En mi trabajo, utilizo fotografías y modelos en 3D como base para los fondos. Así que, por lo general, no sabemos cómo va a lucir una viñeta hasta verla totalmente acabada. Por ejemplo, para la escena de Inuyashiki cuando los personajes están volando, utilizamos un dron. Contratamos a alguien para que, utilizando un dron, tomara fotos aéreas de la ciudad y utilizarla de fondo en el manga. También lo intentamos con un helicóptero para tomar fotos desde una mayor altura, pero desde el momento del despegue, supe que el resultado no sería lo que estaba buscando. No sabía cómo iba a ser el resultado final. Sin embargo, acabó siendo una escena con mucha más fuerza de la que esperaba. No creo que nadie haya hecho algo parecido con una manga, quizás solo en películas, así que me sentí muy feliz y satisfecho. Y es una sensación muy parecida a volar.
KC: En su trabajo, ¿cuál es la proporción de dibujo digital y dibujo tradicional?
HO: Todo lo que no sean humanos o animales se hace en digital. La mayoría de los fondos y robots se hace en digital, pero todo lo demás, todo lo que está "vivo" se dibuja a mano.
KC: Al momento de crear un manga, ¿tiene en cuenta la audiencia objetiva de la obra?
HO: La verdad es que no. Intento crear una historia que yo mismo quiera ver. Tiendo a imaginar a otra persona como yo... Una audiencia que disfruta de todas las formas de entretenimiento: manga, películas... Entonces trato de hacer un manga que resulte atractivo a esa persona. De otra manera, sería imposible. Todo el mundo tiene una manera de pensar diferente, y nunca puedes satisfacer a todo el mundo. Así que me concentro en lo que a mí me resulta interesante. Alguien que tenga un gusto similar al mío podrá entonces disfrutar de mis historias.
En breve publicaremos la segunda parte de esta entrevista. Mientras tanto, os recordamos que el primer tomo de Last Hero Inuyashiki saldrá a la venta el martes 28 de junio, nuestra edición será calcada a la edición japonesa con una sobrecubierta de acabado holográfico nunca visto en nuestro mercado. ¡Esperamos que os guste mucho!
Actualización: Ya puedes leer la segunda parte de esta entrevista haciendo click aquí.